"People who have ‘perfect’ fluency in two language do exist, but they are the exception, not the rule". Crystal, D. (1987: 362).
“La respuesta obvia es: una persona que habla dos lenguas. Pero no es suficiente. Esta respuesta no incluye las personas que emplean de modo irregular una de ellas o a las que no la han utilizado durante muchos años (los denominados bilingües “dormidos”). Tampoco tienen en cuenta a muchas personas que han alcanzado un nivel de destreza considerable en la comprensión de una lengua extranjera, pero que no la hablan, o a las que han aprendido a leerla, pero no pueden hablarla o escribirla. No explica de modo claro la relación entre las lenguas y sus distintos dialectos, estilos o niveles y, sobre todo, no dice nada acerca del grado de dominio de una lengua que es preciso alcanzar para que se pueda afirmar de modo legítimo que un hablante es bilingüe.
La noción de dominio de una lengua plantea algunos problemas muy complejos. Una vez más, la respuesta “obvia” consiste en afirmar que una persona es bilingüe cuando adquiere en cada lengua una fluidez similar a la de un nativo, pero este criterio es demasiado exigente. Hay personas con una fluidez “perfecta” en ambas lenguas, pero son la excepción y no la regla. La gran mayoría de los bilingües no las dominan por igual: una de ellas se habla con mayor fluidez que la otra, la interfiere, impone su acento o simplemente, es la preferida en ciertas situaciones.” Crystal, D. (1994: 360).
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